Lamento dar cuenta de que en este país, que tanto se jacta de los derechos humanos (olvidando toda clase de deberes concernientes a la moral), la libertad de expresión sigue siendo una quimera imperfecta. Lejos estamos de respetar la diversidad de opiniones que pueden parecer contrarias a lo que la masa pregona en nombre de un gobierno que les ha lavado el cerebro. Y eso lo saco a colación a causa de un comentario que hice en la revista virtual Zancada, en el que dejo expreso mi malestar por la pésima redacción y especialmente por un comentario discriminatorio contra cierto grupo juvenil. En ningún momento fui grosera ni despectiva para referirme al hecho, siempre con el mayor respeto posible porque mi intensión no es herir, sino más bien aportar para que las cosas se hagan bien y de forma íntegra. Pero por supuesto, la mayoría de las personas no son capaces de digerir bien una crítica constructiva, lo toman como un ataque personal cuando en el peor de los casos el ataque va al trabajo y no a la persona, si es que eso se puede considerar como tal. Cuando uno defiende la verdadera libertad lo tildan de retrógrado, o en este caso, me llamaron parte del grupo en cuya defensa salí (cuando bien claro dejé cuánto me desagrada el ya mencionado). Se creen que busco pelea o que fue un comentario pesado. Cómo es eso? Me sentí ofendida como lectora que quise ser de esa revista, por las tremendas faltas cometidas en la redacción, porque nada hay más desagradable que querer leer algo y que esté mal escrito. Pero al parecer ese no es más que un sitio que cultiva al populacho mental, los enajena y no produce más que pobres mentes incapaces de enriquecer su cultura. Es una lástima.
Poco les importará perder una lectora, habiendo tantas ignaras gustosas de ingerir la basura que les proporcionan.
Yo no fui a un colegio de elite en donde me enseñaran a leer y escribir bien, lo aprendí porque yo misma me dediqué a frecuentar lecturas de calidad y como persona que soy, no exijo menos. La basura es para la gente que no se considera tal.
Y estoy harta de que se me critique cada vez que quiero expresar mi parecer, si por defender mis principios me van a sacar de todas partes, si por querer superarme (no superar al resto) me van a tildar de soberbia, pesada y rezagada, allá ellos. No tengo interés alguno en pertenecer a la masa homogénea que es la juventud en este país. Inconsecuentes e intolerantes, que no son capaces de tomar con criterio y madurez una observación distinta y constructiva.
Ya lo decían los antiguos en la India "Un hombre es la cantidad de verdad que es capaz de aguantar". Pero todos prefieren las mentiras piadosas y vivir en un irreal y fantástico mundo de Bilz y Pap. No es así? Lamento que la realidad sea tan dura para esas pobres mentes, pero ya no voy a seguir buscando despertarlos de un letargo de ignorancia putrefacta.
Y si me aparto no es porque me crea mejor. Acaso no hay libertad para querer hacer las cosas por uno mismo? No, porque no hay libertad para pensar diferente. La libertad de prensa no es lo mismo que la libertad de expresión, y es eso lo que la gente burda de este país no entiende. Allá ellos.
