viernes, 28 de agosto de 2009

El Rey Lagarto, The End

De cuando Jim estaba tan drogado que le pedía al "señor de las luces" que las bajara porque estaban muy brillantes. El genio poético de Morrison sobre el escenario, un recital hecho una conglomeración bohemia con música distorsionada de fondo, eso era para El Rey Lagarto. El vate estrechando de cerca los tímpanos dispuestos a doparse de sus cavilaciones. La banda estaba acostumbrada a seguir sus improvisaciones. De lo que ensayaban tras bambalinas solo se mostraba un pequeño porcentaje frente al público presente, todo lo demás... improvisación. Todo improvisado sobre los versos locuaces de este sutil mecenas de la palabra y no al revés. Esos eran los conciertos de The Doors, eso era lo que los hacía diferentes, especiales, eso fue lo que hizo que la banda pasara a la historia. Nadie comprendió, nadie lo vio como tal. Solo era rock, y así fueron marcados. Jim Morrison, dios de los extremos, del rock, el sexo, las drogas.... pero por sobre todo eso, de la poesía. Y después del abismo, ¿qué?

martes, 25 de agosto de 2009

Crucificada hasta hoy, Tersa Wilms Montt


Teresa Wilms Montt, escritora chilena de la que tanto se habla ultimamente (gracias a la difamación que produjo la reciente película Teresa, dirigida por Tatiana Gaviola y magistralmente protagonizada por Francisca Lwein) y aún así no bien ponderada y reconocida como merece, como es el destino de tantos artistas nacionales. Chile, país de poetas... forajidos poetas. Teresa hizo su carrera entre Buenos Aires y Europa, donde tuvo gran resonancia.

Oriunda de Viña del Mar, nacida en cuna de oro en la ostentosa familia Wilms Montt, desterrada del hogar por un matrimonio casi deshonroso, encerrada en un convento por un presunto adulterio y autoexiliada, arrebatada de la tuición de sus hijas y condenada a vagar por el mundo, Teresa fue, sin lugar a dudas, una heroína. Pese a la angustia que la corroía desde lo más íntimo, siempre se mostró alegre, fuerte y digna. Dueña de una belleza fuera de serie y una inteligencia superior, conquistó corazones y conciencias con su bondad infinita. Fue capaz de transformar en poesía sublime el sino de desgracias con que fue bautizada.
Sin embargo, a dieciséis años del centenario de su nacimiento, aún se hace difícil encontrar los retazos de su vida sin tener que hurguetear. Lo primero que se encuentra de ella es su biografía Teresa Wilms Montt, Un canto de libertad (1993), de Ruth González- Vergara, una completa investigación de la itinerante y apasionada vida de la escritora, con interesantes datos personales, un completo árbol genealógico, fotos y hasta una ficha de una ficha clínica y psicológica, además de un estudio grafológico de sus diarios (los que esperamos sean publicados en algún momento) como apéndice, lo que permite un acercamiento todavía más personal y profundo al perfil de Teresita.

Solo a modo de introducción es que escribo este artículo. La película es una pieza excepcional del cine nacional. Naturalmente tuvo una crítica reprobante, siendo, a mi parecer, lo mejor que ha producido el cine chileno. La historia pareciera ser salida de su propia mente, narrada con su exquisita lírica, impactante fotografia y la ambientación está muy bien lograda. La gran interpretación de Francisca Lewin logra capturar el encanto de la autora y también cabe destacar la encarnación exquisita de Diego Casanueva como Vicente Huidobro.
Tal vez el que no haya sido un éxito de taquilla solo es el mero reflejo de la poca gratitud de este país hacia sus grandes artistas (¿qué otro país es tan decadente culturalmente que osa darle a la primera latinoamericana que gana el premio novel de literatura, SEIS AÑOS DESPUÉS, el premio nacional de literatura?, ¿qué otro país es tan ignorante de su propio arte que Claudio Arrau es todavía nombre desconocido para el grueso de las personas? y así un larguísimo etcétera). Así fue como el desprecio de la sociedad de su época le impidió a la joven poetisa regresar a su país natal el resto de su vida. Ni aún después de muerta.
Murió en París por sobredósis de veronal, desesperada, pobre, sola. Nadie pudo conocer el dolor que portaba tras su angelical sonrisa. Y de ello dejó constancia en sus diarios y sus textos...

A continuación no dejaré un poema suyo, sino que citaré unas palabras de su gran amigo Vicente Huidobro (extraídas de la ya mencionada biografía), que, a mi juicio, resumen acertadamente su imagen:

Teresa Wilms es la mujer más grande que ha producido la América. Perfecta de cara, perfecta de cuerpo, perfecta de elegancia, perfecta de fuerza espiritual, perfecta de gracia.




martes, 11 de agosto de 2009

Divas de antaño

Qué ganas de alcanzar esa belleza seductora que tenían las actrices de antaño, esas que no necesitaban más que asomar coquetamente un pedacito de muslo, despertaban los deseos y la imaginación de los hombres, esas que deslumbraban y destacaban por su elegancia, su refinamiento y buen gusto y no por eso dejaban de ser polémicas, alegres, independientes y luchadoras. Esas que se transformaron en emblemas de femeneidad y ejemplos de vida para muchas personas, incluso hasta nuestros días, ya fuese para bien o para mal. Esas cuyo labial se prendaba de un beso en las mentes de quien viese una simple foto. Cuyos cabellos parecían como piel de conejito; cuyas pieles eran aterciopeladas; cuyas bocas insitaban al beso más sutil; cuyas miradas, ora inocentes, ora tentadoras, perforaban corazones... ¡Esas divas de antaño!
Hoy en día se ha perdido tanto el sentido del glamour y la sensualidad que mujeres con todo el potencial para ser realmente hermosas, se afean en pos de un canon de "belleza" que poco puede llenar el significado de la palabra. Cómo puede explicarse entonces que muchas de aquellas mujeres a las que hago referencia, sin siquiera ser dueñas de una lindura exótica o excepcional, fueron mujeres cuyo halo deslumbraba y causaba tanto o más efecto. Ellas sabían tomar el rasgo que las destacaba y pronunciarlo hasta sus más vastos impactos.
Por suerte para nosotras, siempre tendremos a la mano una foto de las divas de mediados de siglo que nos recuerdan que ser mujer es una bendición si se sabe aprovechar.

Rita Hayworth
Reconocida por películas como Gilda (1946) y Salomé (1953)- esta última donde demostraba que los movimientos de la danza del vientre no eran su fuerte-.

Katherine Hepburn

Con un carisma enorme y una envidiable performance, destaca en películas como Mujercitas(1933) en donde protagoniza a la rebelde Jo March y La Costilla de Adán (1949).



Lana Turner
El Extraño Caso del Doctor Jekyll(1941) y Another Time, Another Place(1958), son algunas de las filmaciones en su haber

Bette Davis

Con sus magnéticos ojos que mararon a fuego su imagen en la historia del cine, surgió como una de las grandes estrellas a pesar de las enormes y constantes caidas. Algunas de sus películas más conocidas fueron Jezabel(1938), interpretación que le valió su primer Oscar, y Eva al Desnudo(1950)

Grace Kelly

Quien en su corta travesía por el mundo de la cámara llego a convertirse en la pomposa princesa de Mónaco. En su filmografía figuran Atrapa a un Ladrón(1954) y La ventana Indiscreta(1954)

Natalie Wood

La pequeña de rasgos latinos brilló por su participación en dos de las películas más recordadas de aquellos tiempos: West Side Story(1961), controversial por dejar al descubierto la violencia entre las bandas juveniles de los barrios más dejados de la sociedad, y Rebel without a Cause (1955), protagonizada por el mítico James Dean.

Audrey Hepburn

La belleza y elegancia de Audrey la destacaron por sobre todas y aún en neustros días fluctúa entre las cinco primeras de las listas de mejores, más bellas y fascinantes actrices del pasado siglo. Sabrina(1954) y Breakfast at Tiffany's(1961) son algunas de sus películas más conocidas.

domingo, 19 de julio de 2009

Reflexiones sobre el amor


"Los griegos tenían distintas palabras para designar los distintos tipos de amor: eros, agape, philia... Nosotros utilizamos la misma palabra para decir que amamos a una mujer como amamos una buena cerveza."
Esta frase es de un personaje en la película Evelyn (dirigida por Bruce Beresford y protagonizada por Pierce Brosnan).

Un sabio profesor nos dijo un día en una de sus cátedras en la universidad: "Si están enamorados no se casen". Todos quedamos atónitos frente a esa afirmación. Luego agregó: "¿Puede uno enamorarse de otra estando casado? Pues, sí. Puede perfectamente, sin necesidad de dejar de amar a su esposa". Algo que a primeras nos pareció una locura. Según el culto popular, bien sabido es que si te enamoras de otra persona, es que ya no amas a tu cónyuge. ERROR.
El enamoramiento no es lo mismo que el amar. El enamoramiento es frágil, se basa en la atracción física, la pasión y el deseo; el amor, en cambio, es duradero, se basa en la amistad, la comunicación, el respeto, la admiración mutua. No por esto significa que el enamoramiento sea malo, todo lo contrario: este es el impulso para el primer acercamiento, permite una conexión básica entre el hombre y la mujer, estimula el cultivo del amor. Pero estas características no siempre permanecen eternamente. La relación es duradera solo si esta se ha cimentado sobre las bases del amor y no del enamoramiento. Entonces la pasión pasa a ser un condimento que la enriquece, no su motor.
Para diferenciar más claramente estos dos términos, en filosofía se designa al enamoramiento el concepto griego eros (Ἔρως). Este obedece principalmente a los estímulos del cuerpo y se da con mayor fuerza durante la juventud. En términos más banales, podría compararse al celo en los animales. Por otro lado, para el amor es designado el concepto agape (αγάπη), el amor desinteresado, reflexivo, en su forma más sublime, el desprendimiento del yo para crear un nosotros sin egoísmo, respetando los espacios del otro de forma sana. Este es el que permite que una relación perdure, el que permite constituir un matrimonio estable.
Cuando pasa el enamoramiento, se descubre si los sentimientos de agape que se fueron cultivando son lo suficientemente firmes para sustentar la relación. Es como el niño que aprende a andar en bicicleta sin rueditas de apoyo.
La pasión puede ir y venir; el amor permanece. Basado en la pasión puedes terminar, dejar y volver o no; basado en el amor no hay abandonos.
Si se reduce a términos gramaticales también se presenta claramente la distinción: "Estoy enamorado" es una frase que engloba al yo y la misma acción recae sobre él mismo; "Te amo" es una frase en donde se aprecia un desprendimiento del yo, la acción recae finalmente en el otro.

lunes, 13 de julio de 2009

El Vino del Estío


El Vino del Estío (Dandelion Wine) fue escrito por Ray Bradbury en 1957. Narra las vivencias y descubrimientos del verano de 1928 en Green Town, Ilinois, a través de los inocentes ojos de Douglas Spaulding, un chico de tan solo doce años que, junto a su hermano Tom, de diez, comienza a comprender el mecanismo de la existencia, como quien llena de sensaciones desconocidas un lienzo en blanco. Conoce el significado de la vida y la muerte, la amistad, las pérdidas, la brujería y la magia, los viajes y las aventuras, eventos reales pero a la vez llenos de fantasía y sueños.
En la historia pareciera ser que Douglas comparte protagonismo con cada uno de los habitantes del pueblo, ya que cada capítulo descubre la historia, los anhelos y las penas de las personas que comparten su cotidianeidad, quienes van aprendiendo también conceptos que a veces de adultos se dan por entendidos, pero que muchas veces hay que refrescar.

La narrativa es tremendamente deliciosa. Ray Bradbury tiene el don de la poesía en su prosa, muchas veces se centra en un espacio, un objeto, una emoción y lo describe de una forma que deleita la imaginación. En esta obra puede apreciarse con mayor intensidad, ya que deja de lado completamente la etiqueta de ciencia ficción. Él mismo se considera un autor del género realismo mágico.
Lo curioso que ocurre con El vino del estío es que a primera vista pareciera ser autobiográfico; sin embargo, constituye casi un collage de diversas experiencias, no solo propias, sino de otros, además de una alta cuota de imaginación. Sí se identifica muchas veces con el personaje principal, tomando en cuenta que el propio nombre tiene relación directa con él: Douglas es su segundo nombre y Spaulding, el apellido de su padre.

A mí parecer, uno de los libros más sutiles y hermosos de este gran autor estadounidense. Recomendado para quienes no han tenido el placer de deleitarse con sus obras y para quienes solo llegaron a disfrutar de Crónicas Marcianas y Farenheit 451, novelas que por lo demás, estigmatizaron a este romántico de alma como "representativo" de la ciencia ficción.

domingo, 12 de julio de 2009

La infancia del sabio


"Un día, un niño se paró ante un pensador y le preguntó:
-¿De qué tamaño es el universo?
Mientras le acariciaba la cabeza, el hombre miró hacia el infinito y le respondió:
-El universo tiene el tamaño de tu mundo.
Perturbado, el niño indagó otra vez:
-¿Y de qué tamaño es mi mundo?
Y el pensador le respondió:
-Tiene el tamaño de tus sueños.

Si tus sueños son pequeños, tu visión será pequeña, tu metas serán limitadas, tus blancos serán diminutos, tu camino será estrecho, tu capacidad de soportar las tormentas será endeble.
Shakespeare dijo que "cuando se divisan nubes, los sabios visten sus mantos". ¡Sí! La vida tiene inevitables tempestades. Cuando sobrevienen, los sabios preparan sus mantos invisibles: protegen su emoción usando su inteligencia como paredes y sus sueños como techo.
Los sueños infunden sentido a la existencia. Si tus sueños son frágiles, tu comida no tendrá sabor, tus primaveras no tendrán flores, tus mañanas no tendrán rocío, tu emoción no tendrá romances.
La presencia de los sueños convierte a los desvalidos en reyes, y la ausencia de los sueños transforma a los millonarios en mendigos. La presencia de los sueños hace jóvenes a los viejos, y la ausencia de los sueños hace viejos a los jóvenes.
La juventud mundial está perdiendo la capacidad de soñar. Los jóvenes tienen muchos deseos, pero pocos sueños. Los deseos no resisten las dificultades de la vida, los sueños son proyectos de vida, sobreviven al caos."

Extracto del prefacio del libro de Augusto Cury, Nunca renuncies a tus sueños, un libro que a través de la revisión del perfil psicológico de importantes personajes de la historia universal revela la forma en la que llevaron a cabo sus proyectos y realizaron sus sueños, demostrando que nada es imposible si uno se lo propone real y noblemente.

domingo, 21 de junio de 2009

Pam Courson


Todos saben de la existencia de la "chica canela" (como se cree que la llamó Neil Young), la eterna novia de Jim Morrison. Pero poca noción se tiene de quién fue realmente este personaje y qué papel jugó en la historia de The Doors y especialmente en la vida del Rey Lagarto.

Pamela era oriunda de California, nacida el 22 de diciembre de 1946, convirtiéndose en la pareja más estable que Jim tuviese a los 19 años y finalmente muriendo por sobredosis de heroína también a los 27 años, tres años después que su novio, el 25 de abril de 1974. Todos saben que la relación que tenían Jim y Pam no era la de un cuento de hadas, más bien era todo lo contrario: constantes peleas y rupturas, infidelidad y adicciones separadas (cocaína y heroína respectivamente) -las que siendo las mismas suelen ser motivo de unión en muchas de las parejas de la historia del rock-, hicieron que su amor se volviese tormentoso y muchas veces casi insostenible. No obstante, siempre volvían al otro e intentaban comenzar de nuevo. Se rumorea que The Doors la veía como la Yoko Ono del grupo, que impedía el desarrollo artístico de la banda y que coartaba la carrera del vocalista. Entre otras cosas también se habla de una conspiración contra la vida de Jim, ya que en su testamento habría dejado todo a Pam, razón por la cual lo convenció de radicarse en París para luego fingir su suicidio y quedarse con la fortuna, ya que solo ella y un dudoso doctor francés fueron los únicos en ver su cadáver y no hay registros de autopsia.
Pero hay un detalle que lleva a ver las cosas desde otro punto de vista. Jim era una persona extremadamente inteligente, sensible y misteriosa. Jim no era un rock star, era un poeta y Pam sabía esto muy bien. Jim no era la imagen del Rey Lagarto, el dios del exceso, el desenfrenado hambriento de drogas y sexo que todos creen. Esto solo fue una etapa de su vida, una etapa que lo marcó y no le permitió desarrollar su verdadera vocación a plenitud. Es poco probable que al pensar en el nombre de James Douglas Morrison pensemos en un destacado y profundo poeta antes que en el caos arriba del escenario personificado en el autor de The End.
Es posible que Pamela haya intervenido en gran parte en las relaciones de su novio con la banda, lo que de hecho pasó, esto porque en incontables ocasiones debió ser la voz del espíritu de escritor que Jim fue silenciando bajo el estupefaciente del exceso. Pam renunció muchas veces a su propia vocación y a su prometedora carrera como diseñadora por seguir a quien fue el amor de su vida. Y seguramente él tampoco habría logrado dedicarse, aun que fuese en parte, a lo que realmente amaba. Era ella quien organizaba sus escritos y quien más se maravillaba entonces con su talento literario, quien insistía en que publicara e intentara dirigir su destino hacia donde su vocación lo guiaba.
La vida empujó a Jim por un camino que lo consagraría como una de las más altas figuras del rock; sin embargo, no era este el verdadero desarrollo de su persona: ya una vez dentro del sistema, fue estigmatizado y no pudo salir de ahí. Fue por eso que Pam intentó darle un empujón acompañándolo en su retiro a Paris para comenzar de nuevo en la ciudad que otrora fuera escenario de la vida de muchos de sus autores preferidos. Y aún así no se pudo.
Pam no logró reponerse a su muerte. Terminó sus días de la peor forma, siendo prostituida por el chofer de Jim a gente poderosa que pagaba grandes sumas por tener a la legendaria musa del gran Rey Lagarto, y finalmente se quitó la vida a la misma edad que él. Ella fue la única que pudo comprender a plenitud la mente del artista, no por nada él la necesitaba a su lado constantemente y por más que intentaran alejarse del otro, no podían. Él no era un alma libre, era un hombre de alguna forma superior que sucumbió a las bajas pasiones y se entregó al hedonismo y Pam era de alguna forma su cable a tierra.

martes, 26 de mayo de 2009

dilema del artista


Uno tiende a admirar a los artistas de décadas y hasta siglos anteriores por la fuerza y paciencia que tuvieron para romper cánones establecido y hasta desbaratar sistemas arraigados en sus respectivas culturas como algo inquebrantable. Y hoy en día esa tarea se ve opacada por el relativismo. Difícil es ser original en un mundo donde cada individuo tiene que esforzarse por serlo, pero solo de modo superficial, ya que por lo bajo anhela formar parte de una manada. Por lo que aparenta originalidad para encajar. Esto se ve en todos los niveles del arte, desde la música hasta las letras, el cine, la pintura, etc. Fabrican su propia extravagancia, pero de manera que puedan ser aceptados y admirados desde un comienzo.

Hoy en día es una tarea difícil ser original, dígase de esto no hacer algo loco, sino que crear algo nuevo. El concepto ha sido tan manoseado que no se logra apreciar su verdadero sentido. En el siglo de los Poetas Malditos reinaba el racionalismo y ser bohemio y literato a la vez era sinónimo de marginalidad. Era todo tan estructurado que a quién se le ocurría romper un esquema, era visto con malos ojos. Y entonces había más opciones para romperlos, aunque no por ello más fácil, si no todo lo contrario. Más caminos, pero con más obstáculos. Hoy se hace un poco más difícil encontrar un camino que no haya sido explotado. Los artistas han tenido que forzar y hasta casi violar las opciones inexploradas, casi en su desesperación por hacer algo nuevo. Se ha degradado a tal punto la originalidad que se llegó a pensar que una mancha en un lienzo blanco o que un perro atado muriéndose de hambre día tras día, es arte. Sin embargo quedan todavía sendas por descubrir en el desorden y más de los que uno piensa. Periodos hedonistas en la historia hay por montones, se repiten estos episodios una y otra vez, y pese a que lo que logra perdurar en la historia es grandioso, sobrevive solo una pequeña parte de la inmensidad de corrientes y estilos que surgieron, los que en gran medida mueren antes de ver la luz de un nuevo siglo.

Lo bueno es que el sacrificio que requiere crear (no encontrar) algo nuevo, va emparejado con que las dificultades que requiere llevar a cabo un nuevo proyecto ya no son las mismas de otros tiempos y tanto más por el hecho de que hoy casi todo es aceptado. Es menos probable ser marginado hoy por crear un nuevo estilo literario o una nueva corriente de diseño. Los obstáculos son hasta cierta medida más fáciles de superar, hay más posibilidades de expansión gracias al Internet y a las revistas de variedad, la gente está hambrienta de algo nuevo que los saque de la rutina de verdad, la posibilidad de abarcar mayor público y que en definitiva haya más público, en resumen. Y el let it be de la mentalidad relativista también puede ser usado a favor del artista creador, ya que lo peor que le podría pasar sería no ser tomado en cuenta, pero siempre queda la posibilidad de empezar de nuevo o simplemente usar la técnica de nuestros antecesores: paciencia que el reconocimiento puede llegar incluso cien años después de tu muerte.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Entrevista a una mujer centenaria

Ella es Caroline, tenía 103 años cuando le hicieron esta entrevista en 2006, y comenta brevemente lo que fue el siglo de las más bruscas y rápidas transiciones. La encontré navegando por youtube de casualidad y me apreció muy interesante, ya que las preguntas están bien hechas y la mujer, pese a su abanzada edad, es bastante lúcida y se le entiende muy bien lo que dice, además de tener un agradable carisma. En poco más de seis minutos, comenta ella lo que le han parecido los cambios, que como todo han tenido sus cosas buenas y sus cosas malas, pero lo que más le ha llamado la atención ha sido el cambio en la juventud y los niños, que ya no respetan a nadie ni nada, lamentando mucho el deterioro de los valores y resaltando el hecho de que "no es culpa de los niños, sino de sus padres". Dice también que en su infancia la religión tenía un papel fundamental en sus vidas y que "la biblia estaba siempre sobre la mesa", costumbre que no era solo de su familia, sino que algo bastante común. Aunque el entrevistador no se queda solo en el ámbito abstracto, sino que también de paso le pregunta sobre el impacto que pudo generarle la transformación del avión como medio de transporte común (a lo que ella destacó que hasta la masificación del auto le tocó experimentar), si creyó o no en la llegada del hombre a la Luna, etc. En cuanto a lo personal, estuvo casada por 56 años hasta que enviudó y nunca volvió a casarse... y pensar que estaríamos hablando de la mitad de su vida.

La verdad es que es interesante conocer la visión de una persona que tuvo la oportunidad de experimentar tantos cambios y tan radicales en poco tiempo y en un momento tan clave en la historia de la humanidad. Bien es sabido que el siglo XX fue el más bélico y abrupto de la historia hasta ahora, que en ningún siglo se produjeron tantos cambios y abances como entonces y haber visto todo eso da una perspectiva mucho mayor de la ingerencia de los mismos. Muchos pueden pensar que no es más que la visión de una anciana conservadora y pacata como muchas, pero si uno lo piensa desde otro punto, se trata de una mujer con más de cien años de experiencia de vida, sea cual sea la vida que le haya tocado vivir, que vivió en carne propia la vorágine del cambio y esa riqueza y sabiduría no puede compararse ni con toda una carrera de estudio.

Es bueno apreciar la visión de una persona que ha vivido tanto, si les gusta o no es una cosa, si se critica lo que dice, no sería más que darle la razón. Espero que lo disfruten :)

sábado, 2 de mayo de 2009

Hermann Hesse, a grandes razgos


La obra de Hermann Hesse está impregnada de escenas y reflexiones autorreferenciales. La mayoría de sus novelas tratan de una pareja basada en el protagonista atormentado por interrogantes y dudas existenciales, que busca equilibrar su yo en el mundo mientras que intenta descubrir su propia identidad, mientras que el otro suele ser el guía enigmático y casi antagónico del primero. Las situaciones narradas en las historias responden a este crecimiento interior del personaje principal. Es el caso en sus obras más conocidas: Bajo las Ruedas (1906), Narciso y Goldmundo (1930) y, por supuesto, sus obras más conocidas en este punto del mundo: Demian (1919) y El Lobo Estepario (1927).
Si se toma el optimismo y claridad de sus primeras publicaciones (como por ejemplo la belleza y simplicidad de Peter Camenzind, de 1904), puede verse cómo su fuerza y alegría se fue deteriorando para el final de su carrera, afectadas por la guerra, sus separaciones, su depresión y frustraciones. En cada una de sus novelas puede verse que el ejercicio de los protagonistas es cada vez mayor y más agotador, los personajes se vuelven más complejos y hay más ingerencia del factor onírico.
Hesse pone especial énfasis en la descripción de las emociones y sentimientos y de los paisajes y escenas mentales por sobre los físicos. Los escenarios naturales son los predilectos a lo largo de casi toda su obra, por ser sitios apartados y que invitan a la meditación y al encuentro con el yo ahogado por las tribulaciones de la existencia.
Su obra literaria se destaca en particular por no mimetizarse con los movimientos vanguardistas de su época, más bien rescata las raíces clásicas de la novela alemana (Goethe estaba entre sus favoritos y, de hecho, aparece en alguno de sus libros) sin dejar de lado el sello propio que lo hizo famoso. Fue uno de los precursores de lo que sería la novela autorreferencial y pese a pertenecer a la generación de la primera mitad del siglo XX, sigue estando vigente, sobretodo entre la juventud de nuestros días.


"El auténtico escritor no se dedica a modular cosas bonitas para los lectores, sino únicamente debe aclararse a sí mismo e interpretar mediante la magia de la palabra su propio ser y sus vivencias, resulte bonito o feo, bueno o malo"
Hermann Hesse

domingo, 19 de abril de 2009

Don Quijote, primer acercamiento

Se egresa del colegio con más que una supuesta preparación para la vida, se egresa con una fobia general a la literatura clásica, especialmente hacia El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Y eso porque no hayan el método para interesar a los chicos con esta novela y encima no favorece tampoco el hecho de que no desmientan su densidad. Es cierto, español antiguo, mil y tantas páginas, tantos tomos... sí, a primera instancia es un libro que casi se podría decir que da miedo. Pero hasta donde yo recuerdo, en ninguno de los dos colegios en los que estuve durante mi enseñanza media (o secundaria, si quiere abarcarse más) me mencionaron el cómo un libro escrito hace más de cuatrocientos años sigue siendo el best seller más leído, editado y reconocido. No por nada se considera a Don Quijote como el precursor de la novela moderna. Y algunos se jactan de haber pasado los ojos por los primeros capítulos (de los que posiblemente recuerden la escena de los molinos -oh, sorpresa!, uno de los más insípidos- y uno que otro le sume la hoguera de libros), y se precien de decir "yo lo leí y sé que es fome". Con un poco más de ánimo, el único esfuerzo es comprender la jerga de la época versus la jerga caballerística del siglo XIII, que es el punto de partida. Entonces uno comienza a reírse y a veces a espantarse de la locura del señor Quijana. Qué puede decirse de la lealtad humilde (en la pena del ignorante) de Sancho Panza, quien atraído por la vaga promesa de una ínsula para gobernar, se deja embaucar por la insana imaginación de su amigo y lo sigue hacia aventuras (sino es que desventuras) que le costaron golpes, heridas feas, enfermedades absurdas, penurias innecesarias, etc. También el viejo y desgreñado Rocinante, quien por más caballo que fuese no quita su naturaleza una picardía casi humana.
Don Quijote más que un caballero andante era un peligro andante y eso es lo que lo hace tan divertido. Su locura raya en una ingenuidad casi infantil y en sus nobles intenciones puede traslucirse la sabiduría digna del viejo lector de historia que era. En toda la vorágine de estupideces cometidas comienzan a degustarse los valores y los principios que valía la pena rescatar de "la era dorada" y que para entonces ya se estaban dejando de lado.

viernes, 3 de abril de 2009

Nuevo planteamiento


Premisa mayor: "Todo chile se paralizó para ver el partido contra Uruguay"*
Premisa menor: Yo no me paralicé, muy a mi pesar estaba atendiendo a pelotudos que llamaban para quejarse en lugar de disfrutar el partido
Conclusión: ¿No soy parte de Chile?

Encima, tarada, me senté detrás del televisor de los supervisores y no vi ¡NADA!
*Comentarios en el noticiario de las 21:00 de Teletrece. No nos damos ni cuenta lo extremistas que somos, todo tiene que ser total.

domingo, 1 de marzo de 2009

Al final lo podrido no es la juventud

"Ser frugales equivale a tomar lo que verdaderamente necesitamos, y no lo que trata de imponer un mercado ceñido a las pautas de un esquema suicida. Esto no significa que caducaron la industria y el comercio. De ningún modo. Caducó el régimen del lucro inmundo a expensas de la felicidad humana. Deberemos reaprender a utilizar tres recursos básicos que perdimos de vista en medio de la alienación materialista: el tiempo, la energía y la imaginación. Malgastamos nuestro tiempo de vida en trivialidades infinitas, en jugarretas de odio infructuoso: no profundizamos los dones naturales que cada cual trae consigo y no los llevamos a su consumación. Asimismo, desaprovechamos nuestra energía vital que, convertida en trabajo inventivo, podría dar pleno sentido al hecho de haber nacido: no puede ser que todo consista en actuar rutinariamente durante 30 ó 40 años para desembocar en una magra o jugosa jubilación. Finalmente, no nos detenemos a ejercer nuestra capacidad imaginativa en función de la creación de alternativas viables y deseables frente a la descomposición de los supuestos valores de una época signada por la hipocresía, la corrupción institucional, la depredación del entorno natural y la dilapidación de valiosos recursos científicos y técnicos en operaciones bélicas."
Extracto de la introducción de La Generación "V", de Miguel Grinberg.
Un análisis del verdadero sentimiento que impulsó el movimiento contracultural a mediados del pasado siglo, algo que la mayoría ve como una moda, un montón de jóvenes rebeldes que no querían seguir los esquemas establecidos y que llevaron a lo que muchos creen que es la decadencia de la juventud hoy en día. Pues sepan que este no es más que el mundo que le dejaron a sus hijos los padres y los padres de sus padres. Hubo una generación completa que intentó hacer un cambio, pero en su humana naturaleza fracasaron y se perdieron en las garras superiores del sistema. Y que a medida que avanzaban los años fueron quedando cada vez más desprestigiados en la memoria histórica y que muchos de sus actuales admiradores no toman el verdadero peso del intento de cambio profundo de una sociedad envenenada por el consumismo.
Por cierto, la juventud siempre fue decadente, es el paso de la vida de juego, bondad y fantasía infantil al mundo desesperanzado, rutinario y desalmado de los adultos. Es pasar de soñar el presente a soñar un futuro que se posterga más y más. Cómo se le puede pedir a un adolescente que no se rebele, que no se queje, que no intente (casi en vano) pelear por un ideal para no perder del todo el brillo de su vida. Dar patéticas convulsiones por no querer dejar atrás la alegría de estar vivo para entregarse al infortunio de tener que subsistir para alcanzar algo que se ve siempre tan lejos. Es ese el que empezando a descubrir los sin sabores de la vida, sueña con un pasado que no ha de volver nunca. Y ya lo dijo Aristóteles cuando se quejaba de que la juventud estaba perdida, que ya no respetaba a nadie, que vivían de ideales incompatibles con la realidad y que ya no enaltecía la imagen de la autoridad... siglo IV aC. ¿Les suena familiar?

sábado, 24 de enero de 2009

La psicodelia no era solo cosa de hippies

Entonces eran los alocados '60. Cuando se pensaba que la estética no podía caer más bajo y sin embargo abrió nuevas puertas en direcciones más llenas de diseño y color de lo que se pudo imaginar hasta entonces. Artistas plásticos, visuales, diseñadores de todo tipo, músicos, escritores... todos ellos víctimas de uno de los principales pilares que llevaron a cabo este proceso: la psicodelia. Muchos la relacionan con los hippies únicamente. ¡Error! Es tan parte de la época como lo fueron los Beatles o los gigantes lentes de sol con marco de colores grueso y los tonos dorados en el maquillaje. Es cosa de echar un vistazo en las distintas modas y estilos, todas convergen en el delirio lisérgico, de alguna u otra forma.
Nadie puede decir que Velvet Underground o Shocking Blue es menos psicodélico que Jimi Hendrix o Jefferson Airplane. Y sin salirse de este ejemplo, tomemos la casi curiosa similitud entre Grace y Mariska, ambas hijas de la misma generación (la primera 10 años mayor); la primera la reina abeja del movimiento del peace and love; la segunda, de la naciente cultura pop. Si uno examina más de cerca se encuentra que las similitudes que saltan a primera vista son casi nulas. Pero la psicodelia presente en el estilo de ambas (y de sus respectivos grupos también) da la impresión de que una es la copia de la otra, y sin embargo son abismalmente distintas. Claro, las voces son parecidas, pero al ser empleadas en distintas corrientes musicales, puede notarse el cambio.
A modo de empujón para iniciar un simpático análisis de la influencia ácida de la década de las revoluciones alternas.



sábado, 17 de enero de 2009

Practicando la lógica

Premisa mayor: "Todos los chilenos tienen un nombre para la nueva teleserie"
Premisa menor: Yo no tengo un nombre para la nueva teleserie
Conclusión: ¿No soy chilena?
¡Eso sí que no tiene nombre!

miércoles, 14 de enero de 2009

Extracto de MIAU

"Aquella noche todo fue dichas, porque entraron visitas (...). Eran los visitantes Federico Ruiz y su esposa, Pepita Ballester. El insigne pensador estaba también sin empleo, pasando una crujía espantosa, de la cual había más señales en su ropa que en la de su mujer; pero llevaba con tranquilidad su cesantía, mejor dicho, tan optimista era su temperamento, que la llevaba hasta con cierto gozo. Siempre era el mismo hombre, el métome-en-todo infatigable, fraguando planes de bullanguería literaria y científica, premeditado veladas o centenarios de celebridades, descubriendo géneros de ocupación que a ningún nacido se le hubiera pasado por el magín. Aquel bendito hacía pensar que hay una milicia nacional en las letras.
Escribía artículos sobre lo que debe hacerse para que prospere la Agricultura, sobre las ventajas de la cremación de los cadáveres, o bien reseñando puntualmente lo que pasó en la Edad de Piedra, que es, como si dijéramos, hablar de ayer por la mañana. Su situación económica era bastante precaria, pues vivía de la pluma. De higos a brevas lograba que en Fomento le toasen cierto número de ejemplares de ediciones viejas y de libros tan maulas como el Comunismo ante la razón, o el Servicio de incendios en todas las naciones de Europa, o la Reseña pintoresca de los Castillos. Pero tenía en su alma caudal tan pingüe de consuelo, que no necesitaba la resignación cristiana para conformarse con su desdicha. El estar satisfecho venía a ser en él como una cuestión de amor propio, y por no dar su brazo a torcer se encariñaba, a fuerza de imaginación, con la idea de la pobreza, llegando hasta el absurdo de pensar que la mayor delicia del mundo es no tener un real ni de dónde sacarlo. Buscarse la vida, salir por la mañana discurriendo a qué editor de revista enferma o periódico moribundo llevar el artículo hecho la noche anterior, constituía una serie de emociones que no pueden saborear los ricos. Trabajaba como un negro, eso sí, y el Tostado era un niño de teta al lado de él, en el correr de la pluma. Verdaderamente, ganarse así el cocido tenía mucho de placer, casi voluptuosidad. Y el cocido no le había faltado nunca. Su mujer era una alhaja y le ayudaba a sortear aquella situación. Pero la eficaz Providencia suya era su carácter, aquella predisposición optimista, aquel procedimiento ideal para convertir los males en bienes y la escasez adusta en risueña abundancia. Habiendo conformidad no hay penas. La pobreza es el principio de la sabiduría, y no ha de buscarse la felicidad en las clases privilegiadas. El pensador recordaba la comedia de Eguílaz, en la cual el protagonista, para ponderar lo divertido que es ser pobre, dice con mucho calor: 'Yo tenía cinco duros/ el día que me casé' ".
Benito Pérez Galdós