domingo, 12 de julio de 2009

La infancia del sabio


"Un día, un niño se paró ante un pensador y le preguntó:
-¿De qué tamaño es el universo?
Mientras le acariciaba la cabeza, el hombre miró hacia el infinito y le respondió:
-El universo tiene el tamaño de tu mundo.
Perturbado, el niño indagó otra vez:
-¿Y de qué tamaño es mi mundo?
Y el pensador le respondió:
-Tiene el tamaño de tus sueños.

Si tus sueños son pequeños, tu visión será pequeña, tu metas serán limitadas, tus blancos serán diminutos, tu camino será estrecho, tu capacidad de soportar las tormentas será endeble.
Shakespeare dijo que "cuando se divisan nubes, los sabios visten sus mantos". ¡Sí! La vida tiene inevitables tempestades. Cuando sobrevienen, los sabios preparan sus mantos invisibles: protegen su emoción usando su inteligencia como paredes y sus sueños como techo.
Los sueños infunden sentido a la existencia. Si tus sueños son frágiles, tu comida no tendrá sabor, tus primaveras no tendrán flores, tus mañanas no tendrán rocío, tu emoción no tendrá romances.
La presencia de los sueños convierte a los desvalidos en reyes, y la ausencia de los sueños transforma a los millonarios en mendigos. La presencia de los sueños hace jóvenes a los viejos, y la ausencia de los sueños hace viejos a los jóvenes.
La juventud mundial está perdiendo la capacidad de soñar. Los jóvenes tienen muchos deseos, pero pocos sueños. Los deseos no resisten las dificultades de la vida, los sueños son proyectos de vida, sobreviven al caos."

Extracto del prefacio del libro de Augusto Cury, Nunca renuncies a tus sueños, un libro que a través de la revisión del perfil psicológico de importantes personajes de la historia universal revela la forma en la que llevaron a cabo sus proyectos y realizaron sus sueños, demostrando que nada es imposible si uno se lo propone real y noblemente.

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