miércoles, 22 de octubre de 2008

Con Buena Onda Viajamos Mejor

Transantiago: el camión de carga para el chileno.

El sistema de transportes aplicado en Santiago desde el 10 de febrero de 2007 ha demostrado ser una de las barbaries más grandes de los últimos años en la vida cotidiana de los ciudadanos. Es de esas cosas que hay que experimentar para entender realmente la magnitud de sus falencias y unirse al clamor de los usuarios que se tienen que enfrentar a este moustro día a día. Quién no lo ha hecho no tiene derecho alguno de criticar a los que critican. Pero luego de un año de penurias junto al pueblo, decidí "darle una vuelta" y PENSAR POSITIVO.


Hay gente que de verdad sufre por las falencias de este sistema. Yo he tenido la suerte de que mis problemas a raíz de esto no han sido más que molestias desagradables y uno que otro dolor de cabeza. Por eso decidí tomármelo con humor y aportar algo de conciencia también a los usuarios que se ven en mi misma situación, ya que como dice el punky del metro: "con buena onda viajamos mejor". Considerar que hay gente que tiene motivos mil veces más pesados que los míos (que los de muchos), me ha ayudado a regalar una sonrisa a quienes de verdad les hace falta. Ejemplo de esto: rara vez un chofer ha sido descortez conmigo, sepan ustedes que también son personas y son quienes se llevan la peor parte, porque nosotros pasamos un mal rato, pero ellos están sobre la bestia todo el día; ellos tienen que bancarse el desquite de los pasajeros enrabiados todos los días con el sistema, siendo que la mayor parte de la culpa no es de ellos, si no de los ejecutivos sentados en sus butacas, cómodos y calefaccionados, los que no tienen que escuchar los reclamos en la oreja, ni las amenazas, ni los insultos. Es natural los choferes sean mala onda, porque en esas condiciones de trabajo ¿quién no se considera menos persona, denigrado y humillado por hacer un trabajo honesto mal remunerado y encima mal agradecido?
Una vez un chofer cansado no me devolvió el saludo y la señora que se subió atrás mío me dijo "¿no te parece que son unos rotos de mierda, que no te devuelven el saludo?" Yo la miré y le dije "Sí me lo devolvió, solo que usted no lo escuchó". Por supuesto, ellos agradecen esa actitud, aunque no lo digan.
Yo sola no puedo cambiar el absurdo sistema de transportes que tenemos, nadie puede solo. Pero de nada sirve quejarnos en el campo de batalla, las cosas se hacen bien o no se hacen. Los reclamos van con quién corresponde. Yo detesto Transantiago como cualquier ciudadano normal, pero ya he comprobado que ser mala onda y despotricar contra el mundo no va a cambiar la situación. Las cosas malas caen por su propio peso y dado que yo no corro el riesgo de que me despidan por llegar tarde, nada me cuesta hacer un pequeño esfuerzo por alivianar la tensión de los menos responsables y más perjudicados: los usuarios. Proque es cierto, comprobado, garantizado: "Con buena onda viajamos mejor".

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