lunes, 5 de noviembre de 2007

Silverchair, qué onda?

Silverchair comenzó su carrera musical a los tiernos 14 años, a mediados de los '90 con una fuerte propuesta para el grunge en pleno apogeo. Recuerdo que luego de constatar la diferencia de precios entre Argentina y Chile en cuanto a lo que a música es referido, con un pie en el territorio transandino, hace años atrás, lo primero que hice fue comprarme el Frogstomp, una verdadera joya. Escuchar la fuerza de la agresiva voz de Daniel Johns, un chiquillo enclenque de solo 15, con los huesitos saliéndole por todos lados, pero cuyo manejo de la guitarra no dejaba boca sin abrir de asombro. También cabe destacar el increíble talento de Chris Joannou y Ben Gillies, por no dejarlos a un lado y que son igualmente increíbles. La discografía se volvía cada vez más interesnate, a pesar de que el grunge se retiraba rápidamente de la escena musical para dar paso a otros estilos alternativos. Silverchair siguió ese paso, siempre con gran calidad, pero a la vez sin dejar de lado ese gustito destructivo y agresivo de su música. Este paso se mantuvo firme y seguro hasta Neon Ballroom. Podía entenderse también el tono melancólico y oscuro de los temas en este último álbum, debido a que Daniel pasaba por una etapa de estres ahogante que terminó por costarle su salud mental y una anorexia nerviosa bastante grave. Luego de una recuperación y un cambio de vida surgió Diorama, y en este se produjo un cambio brutal. Daniel ya no quería que Silverchair fuera catalogado como una banda más en el mundo del rock (y menos si el componente principal de su fama sería los problemas clínicos del líder) y decidió incursionar en algo más experimental sin miedo a sonar algo más pop. En esta atmósfera artística nació este álbum que los lanzaria de vuelta al mundo. Y entonces, a principios de este año aparece Young Modern, con un look completamente pop, Daniel con pinta de sex simbol al mejor estilo de Ricky Martin y con canciones tan mamonas con las que compraron a todo el mundo conquistando los primeros puestos en las listas australianas y entrando al mercado gringo como una banda nueva o salida de la penumbra. La verdad a mí no me gustó mucho lo que escuché de Young Modern y menos la estética con la que presentan el material, una cosa enteramente comercial. Una desilución. Pero creo que a los fanáticos no nos queda más que regocijarnos en los espectros del pasado como si la banda hubiese muerto, y esperar con el corazón alzado a ver si los chicos estos vueven a sentar cabeza y hacen algo más del rock que los vio nacer. Pero Daniel, no cambies ese físico por volver a las raíces xD





Daniel en la era de Neon Ballroom, 1999





Daniel, 2003, un año después de Diorama





Daniel en época de Young Modern, o ea, este año (¿?)



No me quejo en cuanto a la estética (quién podría *¬*), pero y el lado musical? Pero mientras e mantenga así y no siga con esas seciones fotográficas de estudio...







O sea, qué diablos es eso!



Y bueno, tenemos también muestra de música:

Shade del álbum Frogstomp (1995)
Straight Lines del álbum Young Modern (2007)

Como salida de la más topísima serie juvenil....






1 comentario:

Anónimo dijo...

creo exactamente lo mismo, sólo tengo en mp3 el frogstomp y el freakshow, que estoy escuchando justo ahora..... y no hay más.